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El incremento en el tiempo de llegada de las frutas, verduras y hortalizas frescas al consumidor debido a los tiempos de inspección de las mercancías va a ocasionar el consiguiente incremento de los porcentajes de rechazo al no llegar un porcentaje de esta mercancía fresca en óptimas condiciones a los mercados.
Este aumento del rechazo puede costar a las empresas comercializadoras y exportadoras españolas muchos millones de euros y la pérdida de clientes en Reino Unido.
Le empresa almeriense Ecoculture ha desarrollado un producto, XStress, especialmente formulado para actuar a nivel fisiológico en las frutas, verduras y hortalizas frescas reforzando las paredes celulares y aumentando la producción de compuestos antioxidantes en detrimento de la producción de etileno, el cual acelera el envejecimiento de las frutas frescas. XStress consigue mejorar la calidad y alargar la vida postcosecha de la fruta, verdura y hortaliza al menos 48horas extra en condiciones óptimas de comercialización. XStress es un producto sin residuos y no tiene plazo de seguridad.
Prestigiosos centros de investigación como el Centro Tecnológico de la Industria Auxiliar, Postcosecha y Envasado hortofrutícola (Tecnova) en Almería avalan y certifican estos resultados.
XStress además es una poderosa herramienta para las cooperativas, empresas comercializadoras y exportadoras de fruta, verdura y hortaliza fresca para atacar con éxito mercados más lejanos proporcionando a los frutos una mayor firmeza y por tanto un mayor plazo de vida útil con el objeto de minimizar el rechazo en destino.
Ecoculture ha obtenido resultados extremadamente interesantes en parámetros de calidad relacionados con la postcosecha las siguientes frutas y hortalizas: Fresa, arándano, mora, frambuesa, tomate, pimiento, calabacín, aguacate o mango, aumentando la firmeza entre un 15 y un 48% proporcionando así mayor shelf life a la fruta, disminuyendo las tasas de etileno emitido y aumentando la producción de antioxidantes.
Descubre aquí más sobre XStress.[/et_pb_text][/et_pb_column]
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XStress de Ecoculture consigue mejorar la calidad y alargar la vida postcosecha en condiciones óptimas de comercialización.
Las consecuencias que el Brexit tendrá para la economía española son indudables dado que Reino Unido es el séptimo socio comercial de España y el peso del sector agroalimentario en las exportaciones a Reino Unido suponen casi el 20% del total, destacando las frutas frescas, hortalizas y verduras. Aunque queda mucho por concretar del acuerdo de desconexión y que será necesario un periodo transitorio, cuya duración todavía no se ha concretado, en el que se mantengan las condiciones actuales y no haya una ruptura brusca de los flujos comerciales, es necesario que todos las empresas exportadoras comiencen a preparar y a identificar aquellos posibles puntos de disrupción y sus costes adicionales. La Administración europea está trabajando para alcanzar el mejor acuerdo posible, aunque no hay que olvidar que se pasará de tener intercambios comerciales con un país miembro de la UE a exportar a un tercer país. Reino Unido quiere un acuerdo lo más sencillo posible, con los menores cambios posibles, y que el periodo transitorio no sea demasiado prolongado en el tiempo. España espera tener una relación bilateral estrecha que facilite que las relaciones comerciales sean libres y sencillas para fomentar la exportación, la importación y las inversiones entre las empresas de ambos países. El proceso consta de dos fases bien marcadas: una primera, la desconexión, cuyo acuerdo ha de estar antes del 29 de marzo de 2019, de acuerdo con el artículo 50 del Tratado de la Unión Europea; y una segunda, el modelo de relaciones entre ambas partes a partir de esa fecha. Aunque aún se desconoce el modelo que regirá las relaciones comerciales, en ningún caso puede ser igual de beneficioso al que tenemos hoy para ninguna de las partes. Lo que siempre habrá en el nuevo escenario será un coste en términos arancelarios y de operativa de comercio exterior, incrementando el precio de nuestras exportaciones al mercado británico, así como la complejidad de las operaciones comerciales y los tiempos de tránsito. Todo ello hace que las empresas agroalimentarias españolas se estén planteando en este momento cómo abordar cuestiones como la pérdida de competitividad por la imposición de aranceles, el incremento de los trámites burocráticos y de los tiempos para la inspección de mercancía, la entrada de nuevos competidores de terceros países, así como la mejora en el servicio para ser más competitivos.
foto: JACK TAYLOR GETTY
